Esta casa está ubicada a pocos metros de una de las calas con más encanto de la Costa Brava, Sa Tuna.
La vivienda aunque totalmente reformada, era una antigua casa de pescadores donde los marinos de nuestras costas tenían su refugio. Cuenta con un encanto de antes, un encanto marino con detalles de los antiguos pescadores de la cala. Esta casa pertenece al último pescador artesanal que cuenta Sa Tuna. El actual propietario, como su padre y también su abuelo, han vivido siempre teniendo muchos años de historia
Cerca de la playa, aunque retirada de los ruidos propios del verano, la excelente situación de la casa les ha permitido desarrollar su actividad principal, la pesca y la vida al aire libre. Así, plenamente arraigados a esta pequeña cala, han creado familias llenas y felices. Llorens y su familia viven en el piso superior de la casa dispuestos a ayudar y colaborar en todo lo que sea necesario, lo que todavía hace del apartamento un espacio más recomendable.
El apartamento es de una sola planta. Está situado en un callejón peatonal lleno de plantas y flores, No obstante, para acceder, hay unas escaleras en la calle. No tantas como para impedir el acceso a un cochecito de niño pero suficientes como para constituir una barrera arquitectónica para personas con movilidad reducida.
Una vez dentro, la sensación de estar en un lugar único, tanto vivido y tan especial te invade y te transporta a una época realmente no tan lejana, muy familiar y acogedora.
La vivienda cuenta con tres habitaciones con dos camas de matrimonio y una última con dos camas individuales. También tiene un baño completo.
Un lugar idílico y tranquilo donde pasar tus vacaciones envuelto de la magia de la Costa Brava.